… o rest in peace, que en inglés queda mucho más ‘tecnológico’ que dicho en el rancio idioma de Virgilio. El caso es que se diga en el idioma que se diga, por escrito, por sms o incluso en binario (01110011 01101001 01101101 01101111 00100000 01100101 01110011 01110100 01100001 0010000001101101 01110101 01100101 01110010 01110100 01101111), es un hecho: SIMO ha muerto.
Así, la «Feria Internacional de Informática, Multimedia y Comunicaciones» no abrirá este año sus puertas, y nos quedaremos sin 48ª edición. Toda una pena, pero nada que no se viera venir desde hace tiempo… Sólo hay que echar un vistazo a las cifras; el descenso en picado del número de expositores a lo largo de las últimas ediciones (805 en 2004, 754 en 2005, 626 en 2006 y 570 en 2007) sólo podía presagiar este nefasto desenlace. A comienzos de mes sólo se esperaba la participación de 260 empresas (menos de la mitad de las que acudieron a la cita el año pasado).
Pero, ¿es realmente tan triste el final de SIMO? Si hago un poco de memoria me doy cuenta de que las últimas ediciones han sido, como diría Rajoy, un coñazo. Tanto que a la última no me molesté en acudir, y no porque echara de menos a mi familia, como el líder pepero. Cada vez menos novedades, menos cosas para ‘tocar’, menos gadgets que probar y, en definitiva, menos interés. Tal vez el problema fuera la progresiva masificación del evento; hordas de escolares en modo ‘flipo’, curiosones varios y ‘domingueros de feria’ cargados con bolsas de plástico preñadas de folletos y revistas hacían de IFEMA un lugar intransitable. Todos ellos, claro está, a la caza del llaverito con linterna o la chapita de regalo.
Así las cosas, el descenso en el número de expositores junto a la ‘popularización’ del evento, hicieron que la cita con SIMO dejara de tener interés para todas las partes. Los expositores no sacaban rendimiento a la inversión, el público especializado no encontraba las novedades que buscaba, y el público aficionado tampoco disfrutaba como antes; demasiada gente, y los llaveritos ahora eran más feos y había que pegarse de hostias por conseguir uno.
Y es que ahora las novedades se presentan en otros lugares y en otros momentos. Cuando llega SIMO ya se sabe todo. Hay poco nuevo que contar… y tampoco nos traen muchas cosas para ‘tocar’. ¡Cualquiera paga así por la entrada!
Dicen que la van a resucitar. Han guardado algo de ADN del fiambre, y han contratado a una presigiosa consultora para que les ayude a buscar «un nuevo modelo ferial para el sector TIC». Ya pueden meter un gen ‘Jobs’ y aplicarse bien con la ingeniería genética porque… este ‘Lázaro‘ llevaba tiempo oliendo a podrido.
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