En estos tiempos tan modernos que nos ha tocado vivir, el rellanar a mano un Christmas, meterlo en un sobre, y bajar a echarlo al buzón, parece una cosa como muy viejuna. A algunos ya casi hasta nos da alergia el boli… Somos tan modernos que, muy probablemente, nuestros seres queridos que todavía no se han subido al carro de internet, se quedarán sin nuestra felicitación (es bromita).