Vía E. Dans llego al artículo «Take that, stupid printer« que relata el (tal vez) primer caso comprobado de fraude por parte de un fabricante de impresoras. Al parecer el propietario de una Brother HL-2040 (satisfecho inicialmente con ella) se encontró de buenas a primeras con que la impresora se negaba a imprimir. Tras consultar el manual descubrió que la solución pasaba por sustituir el tóner.
Con el objetivo de ahorrarse 60 dólares, llegó a un foro de brico-trucos en el que uno de los usuarios recomendaba ‘engañar’ a uno de los sensores con un poco de cinta aislante. Dicho y hecho: abrir impresora, pegar cinta aislante, cerrar impresora… ¡impresora funciona de nuevo! Farhad Manjoo, autor del artículo y sufrido propietario de la impresora láser, aún pudo continuar usándola durante 8 meses imprimiendo cientos de páginas. Y la cosa aún seguía durando.
No hay que ser ningún lince, ni un experto en cuentas, para comprender que el gran negocio de los fabricantes de impresoras se encuentra precisamente en la venta posterior de consumibles. El cacharro te lo cuelan por cuatro duros (¡qué ganga!) pero luego llegan sucesivas clavadas en forma de cartuchos de tinta negra, de colorines, o tóners. Eso sin mencionar el sempiterno problema del alimentador automático de papel que, no se sabe por qué, también suele fallar con frecuencia. ¿Están sucios los rodillos? ¿No es el papel adecuado? Qué mas da… por lo que cuesta una impresora nueva, no vas a perder el tiempo investigando. Y el círculo comienza de nuevo.
A través de uno de los comentarios he llegado a este vídeo que, aparentemente, demuestra cómo algunas impresoras desperdician tinta intencionadamente.
Ahora hago un poco de abogado del diablo… ¿No será que el sensor de la primera impresora estaba estropeado? Por otra parte, es sabido que las impresoras de inyección de tinta tienen que gastar periódicamente algo de este líquido para limpiar los cabezales de impresión. De hecho, uno de los motivos por el que es necesario cambiar de impresora es que los cabezales ‘se queman’ por exceso de tinta reseca que obstruye sus conductos (al menos aquellos modelos que no incluyen el inyector en el propio cartucho, sino que forma parte de la impresora). Puede que este sea el problema del hombre del vídeo… Tal vez el uso que le daba a su máquina era demasiado esporádico, o realizaba limpiezas de inyectores con demasiada frecuencia. ¡Tal vez pasó un día entero limpiando los inyectores sólo para grabar este vídeo!
Dicho lo cual, en el fondo me creo ambos casos. Los fabricantes de impresoras se pasan tres pueblos a veces. Y desde luego tienen unas estrategias de marketing que deben de ser la mar de sofisticadas. ¿Habéis tenido problemas ‘extraños’ con alguna impresora? ¿Os toca las narices lo que cuestan los cartuchos originales? ¿Os habéis pasado al ‘cartucho de imitación’ o rellenáis los depósitos con jeringa? ¿Sois adictos al ‘top-manta’ de la tinta?
Contad.
Anonymous
Con precios cercanos a los 1000 euros el litro, la tinta debe ser el líquido más caro del mundo. Pero aún así paso por el aro, porque he tenido malas experiencias con las marcas «piratas»…
rosanalpz
La última impresora de tinta no me dio ningún problema y utilicé alternativamente cartuchos originales y recargados. La cambié por aburrimiento y por funcionalidad: ahora tengo una laser y por ahora gasto toner original. Me sale rentable pese a ser objetivamente caro.Me ha alucinado mucho el video, ¡no sabía que tenían semejantes almacenes de tinta ahí escondidos!
Luis
Siempre he oído que las impresoras láser compensan, a pesar de ser el tóner más caro, porque éste se cambia de Pascuas a Ramos y el precio por hoja impresa es pequeño en comparación con las de inyección de tinta.Estoy pensando en comprar una láser (tal vez a color) para imprimir mi tesis. Si me decido, tal vez haga una pequeña comparativa 😉