Son interesantes muchos de los esfuerzos que entidades educativas de todo el mundo están realizando por acercar el conocimiento a un público cada vez más grande. Estoy pensando en portales como YouTube EDU, iTunes U o Coursera.

Hoy he llegado a una serie de vídeos que recogen la primera y segunda ediciones del curso «Science and Cooking: From Haute Cuisine to the Science of Soft Matter» (Ciencia y Cocina: de la alta cocina a la ciencia de la materia blanda), organizado por la Universidad de Harvard. De la mano de afamados cocineros, las charlas y demostraciones prácticas pretenden establecer sólidas conexiones entre la cocina y la física, utilizando la primera para visualizar de manera sencilla fenómenos físicos, y la segunda para comprender por qué funcionan las diferentes técnicas culinarias presentadas, y explicar así las transformaciones físicas de las propiedades materiales de la comida.

Pero, ¿qué es eso de la materia blanda? Según Wikipedia, se trata de aquellos sistemas fácilmente deformables mediante esfuerzos o fluctuaciones térmicas, y desde el interesante portal dedicado a esta disciplina nos indican que se trata de materiales que no son sólidos cristalinos ni líquidos, sino una cosa intermedia, como el jabón, los geles y la mayor parte de nuestro cuerpo y de la comida que ingerimos. Merece la pena ver el siguiente vídeo —del instante 1h-05m-10s al 1h-08m-30s—, en el cuál el cocinero Joan Roca nos muestra las maravillas que se pueden conseguir con un poco de azúcar, calor, y mucha imaginación. Está claro que las cocinas de muchos restaurantes cada vez se parecen más a auténticos laboratorios, y sus cocineros a verdaderos alquimistas, a caballo entre el científico y el soplador de vidrio.