Es interesante leer este artículo de dirson, en el cuál se preguntan hasta cuándo seguirán siendo gratuitos los servicios de Google. O, al menos, cuál será la extensión de los servicios que sigan ofreciendo de manera gratuita.
La pregunta es interesante. Todo viene por… (sí, lo habéis adivinado) la dichosa crisis. Google obtiene la inmensa mayoría de sus ingresos a través de la publicidad. La economía de la abundancia en la cuál hemos estado inmersos los últimos años, parece estar herida. Así, la abundancia de productores, el bajo coste de los canales de transporte y comunicación, el inmenso número de anunciantes y la tropa de consumidores ávidos de nuevos productos, han estado permitiendo el acceso a gran número de bienes y servicios a precio irrisorio. Se trata, como sabéis, del modelo económico de la Larga Cola. Pero claro, cuando la economía se enfría ya se sabe…
La cola se encoge
Así, las empresas tienen ahora problemas mucho más acuciantes que el de anunciarse. ‘La cosa está mu malita’ y la inversión en publicidad desciende (gran error, según algunos). Y aunque la cosa en internet parece no estar tan mal, lo cierto es que el horno no está para bollos. Como consecuencia, los ingresos de Google se resienten, y el gigante toma medidas. Algunas de ellas podrían ser la interrupción (por segunda vez) de su programa de anuncios en prensa escrita, o la reciente interrupción del desarrollo de algunos de sus servicios (los menos lucrativos, claro).
Yo, como muchos otros, me siento algo decepcionado. Sin embargo, lo peor de todo esto es el hecho de habernos vuelto tan dependientes de la empresa del logo de colores. Yo tengo todo mi correo en Gmail. Utilizo Picasa web para almacenar algunas de mis fotos. Uso Google Talk para comunicarme con mis amigos… La extensión o mejora de algunos de estos servicios ya viene costando dinero desde hace algún tiempo, lo cual entiendo. Pero que te dejen sin servicio… Dicen que la cabeza de Google Reader corre peligro, y eso no me gusta un pelo. Y, ¿cómo reclamar por la interrupción de un servicio que, al fin y al cabo, te están dando gratis?
La Larga Cola… de gastos cortos
Todo esto me recuerda el dilema trascendental que tengo ahora mismo con mi cuenta de flickr. Resulta que me acerco peligrosamente al límite de 200 imágenes que éstos te muestran de manera gratuita. A pesar de que hay maneras de eludir esta limitación, todas son engorrosas; y por otra parte no me sale a cuenta convertirme en miembro ‘Pro’. Si tuviera que empezar a pagar, aunque sea poco, por todos los servicios que ahora uso por la cara… iba a necesitar un buen presupuesto. Dicho de otra manera, la larga cola la iba a tener yo, pero en gastos. ¡Menuda ruina!
¿No será que la Larga Cola que nos han estado enseñando por debajo de la puerta, era en realidad de un cordero muerto? ¿Y si al abrir la puerta nos encontramos con el lobo feroz…?
A ver si al final lo barato nos va a salir caro.
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