Hoy en el gimnasio, mientras le daba un rato al pedal (el peor enemigo de mis lorzas), me he entretenido leyendo un artículo publicado en el número de diciembre de la revista Computer. Este número está parcialmente dedicado al aniversario de la NASA que, como sabéis, el pasado año cumplió 50 añitos.

El artículo se titula «Autonomy for Mars Rovers: Past, Present, and Future« (pdf), y está firmado por Max Bajracharya, Mark W. Maimone y Daniel Helmick, todos ellos pertenecientes al famoso Jet Propulsion Laboratory. El artículo me ha resultado bastante flojo y superficial, pero al menos se encarga de dar una idea general sobre cómo han evolucionado los rovers de exploración marciana a lo largo de los años; desde el rover Sojourner, pionero en la exploración marciana a bordo de la misión Mars Pathfinder, pasando por os gemelos MER (Mars Exploration Rover) Spirit y Opportunity, que aún campan a sus anchas por el suelo rojo, hasta el vehículo Mars Science Laboratory (MSL), que esperan lanzar camino del planeta vecino el próximo otoño, y que aún no tiene nombre.

Mars Science Laboratory y Mars Exploration RoverEl Mars Exploration Laboratory es considerablemente mayor que su antecesor, el Mars Exploration Rover

Como curiosidad, aquí os dejo una tabla comparativa sobre los recursos computacionales de estas máquinas, bastante limitados debido a las especiales condiciones de trabajo que se encuentran allí (niveles de radiación y variaciones de temperatura):

Rover CPU RAM Almacenamiento
Sojourner Intel 80C85 – 0.1 MHz 512  kB 176 kB (flash)
MER RAD6000 – 20 MHz 128 MB 256 MB (flash)
MSL RAD750 PowerPC – 200 MHz 256 MB 512 MB (flash)

El nuevo MSL necesitará una capacidad de cómputo considerablemente mayor que la de sus antecesores. Esto se debe en gran medida a que las operaciones de visión artificial (siempre costosas) jugarán un papel de creciente importancia; tanto a la hora de inspeccionar y modelar el terreno circundante, como al calcular las trayectorias para llegar a un objetivo, e incluso para controlar el brazo articulado que le permitirá agarrar, manipular y hasta cortar las rocas que se encuentre, y que le parezcan interesantes. El objetivo fundamental es dotar de creciente autonomía a estos pioneros metálicos, puesto que las señales a/desde Marte llegan con un retardo de entre 8 y 42 minutos. Es decir, que mejor nos olvidamos del joystick para teleoperar y les damos cancha libre, que ‘los niños’ ya son mayores.

Curioseando he descubierto que desde el día 16 de enero existe un nuevo canal en YouTube donde la NASA nos pone al día de todo lo que se mueve en torno a estos robots tan inteligentes y, sobre todo, tan ‘valientes’ (porque yo no subía allí a pasar calor y frío ni por todo el oro del mundo). Aquí os dejo un vídeo donde se simula cómo se espera que sea la llegada triunfal del Mars Science Laboratory a Marte, y el tipo de tareas que realizará allá arriba (o abajo).

Ya veis que el tío se pone a currar nada más llegar; igualito que un funcionario. Pero claro, se ve que allí no se lleva el rollo cafetería.