Amazon busca robotizar sus almacenes

Estos días ha sido noticia la adquisición por parte de Amazon de la empresa Kiva Systems, especializada en la automatización de almacenes mediante pequeños robots autónomos de color naranja (aquí podéis leer la nota de prensa que comunica el acuerdo alcanzado). Para hacerse con el control de la compañía robótica Amazon deberá desembolsar 775 millones de dólares.

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Shimon: el robot que toca la marimba

El otro día veíamos algunos ejemplos de robots ‘actores’, y nos preguntábamos si el ser humano no se estaría quedando algo obsoleto. Pues bien, ahora me encuentro con un robot que es un auténtico músico, de los pies a la cabeza (si los tuviera). Se llama Shimon y es capaz de tocar la marimba, e incluso de improvisar acompañando la música jazz que Guy Hoffman interpreta al piano. Os dejo el vídeo completo de su primera actuación pública. Creo que merece la pena verlo; es impresionante:

Shimon es una creación del Georgia Tech., y supone un salto cualitativo con respecto a otros robots ‘músicos’. Existen robots capaces de moverse, con más o menos gracia, al ritmo de la música (como Miuro, Qrio de Sony, o el mismísimo Asimo). También hay robots capaces de tocar el violín, la trompeta, o incluso de tocar conjuntamente como grupo (recordemos, por ejemplo, a el grupo “the Trons” o el cuarteto robótico de Toyota). Incluso hemos visto a Asimo dirigiendo a toda una orquesta.

Sin embargo, Shimon es capaz de generar música por sí mismo. No es algo programado previamente o teleoperado, como sucede en los anteriores casos (tal vez con la excepción de Miuro, algo más ‘libre’). Shimon ‘escucha’ la música del piano e intenta adaptarse a su ritmo, a los temas y a las melodías que percibe. Todo un ejercicio de improvisación que, como podéis observar, no queda nada mal en conjunto.

[Visto en BotJunkie]

Robots sobre las tablas

A este paso el ser humano se va a convertir en algo completamente inútil. Resulta que ahora los robots también quieren ser actores. No les basta con habernos sustituido en multitud de tareas productivas básicas, o incluso con haber comenzado a pisarnos el terreno a los investigadores formulando teorías por su cuenta. Ahora también quieren subirse a las tablas, y competir con nosotros en el campo de las artes escénicas. Los robots se han propuesto cantar, bailar, y hasta recitar a Shakespeare.

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