No por esperado —y casi inevitable— resulta menos interesante el nuevo movimiento de ficha de YouTube. Prepara para esta primavera el lanzamiento de una serie de canales de pago.
El precio de la subscripción oscilaría entre 1 y 5 dólares, y aún no está claro qué generadores de contenido se apuntarían como pioneros en esta nueva experiencia. Se espera que la oferta inicial esté en torno a la veintena de canales. Sin embargo, cualquier aventurero deberá estar muy atento a las siguientes consideraciones:
- Por tentadora que resulte esta nueva forma de monetización de los contenidos, no está clara la reacción de los subscriptores actuales. acostumbrados a la ‘barra libre’ de YouTube —salpicada de publicidad más o menos amena u original—, ¿cómo les sentará encontrarse con que ahora tienen que pagar por determinados contenidos que antes manaban del grifo? Está claro que en este sentido la calidad será un punto clave, y se pondrá a prueba la fidelidad de los seguidores actuales.
- Ha trascendido que existirá la posibilidad de seguir incluyendo publicidad en los nuevos canales de pago. Cuidado. No me queda claro que esto sea buena idea; al menos en una primera fase del proyecto. Si el modelo funciona, siempre se puede probar suerte más adelante. Además me temo que dado el número de subscritores de pago al comienzo de la experiencia, esta modalidad ni siquiera resultaría rentable. Antes al contrario, sería una molestia adicional.
- No me queda claro que la subscripción por canal, como bloque temático o de una clase de contenidos más o menos homogéneos siga siendo buena idea en la nueva sociedad digital que tan ávidamente disfruta de la Larga Cola. El usuario está acostumbrado a seleccionar los contenidos de su interés. Puede pasar una tarde entera consumiendo un cierto tipo de contenidos, como no hacerlo durante un mes consecutivo. Todo el mundo ha tenido la sensación de destar tirando su dinero tras haber subscrito un servicio del cuál finalmente sólo le interesa un porcentaje de los contenidos. Parece más interesante seguir explorando la opción de alquiler o subscripción de contenidos individuales.
- Siempre que se cierra un jardín se tiende a perder la posibilidad de compartir lo que allí se encuentra con los contactos. Y no olvidemos que en la Internet social es fundamental compartir. Cualquier estrategia de pago por contenidos debería contemplar la posibilidad de compartirlos, al menos en cierta medida. Puede ser permitiendo compartir un fragmento del contenido, permitiendo su visualización un número de veces o a un número de contactos… pero en cualquier caso parece básico que podamos comunicar fácilmente al mundo qué es eso que tanto nos gusta y por lo que estamos dispuestos a pagar, y por qué.
- Sí me parece muy interesante la opción planteada de pay-per-view para eventos en vivo. Esta clase de contenidos tienen esa etiqueta de ‘unicidad’, ‘exclusividad’ e ‘inmediatez’ que bien puede animar al consumidor a pagar en un momento dado.
Andrés
Fíjate que yo lo veo como una buena iniciativa para los canales de televisión tradicionales: pueden ofrecer sus series o cualquiera de sus contenidos on demand a través de YouTube… me parece que puede prometer, otra cosa es lo que pase en la realidad 🙂
Juanje Gómez
A mí si me ponen Juego de tronos en HD, con subtítulos y al mismo tiempo que se estrena en EEUU pagaría sin duda.
Yo creo que si ponen contenidos de calidad a un buen precio la gente pagaría por tal de no complicarse. Aunque siempre habrá gente que se baje los contenidos sin pagar, también habrá otro sector de la población que pagaría a cambio de tener las cosas con calidad y en el momento que le apetezca.
Es cuestión de encontrar el precio que la gente esté dispuesta a desembolsar.
pahuer
Me parece que la propuesta pueda sonar atractiva con un plus llamado calidad (y opciones de visualización), sin embargo, podría resultar más rentable continuar con la creación de canales donde se cobre a la productora o a la marca por la difusión que al usuario final.